Las personas Fuego son pasionales. Son fogosas y como el fuego mismo son vehementes, impulsivas. Su capacidad es la de la transformación, que es el poder del fuego. Propone cambios rápidos e irreversibles. Nada va a ser lo mismo cuando pasa el fuego. En ocasiones se lo relaciona con la destrucción, pero eso es mirar el vaso medio vacío… El fuego destruye, claro, pero para que nazcan cosas nuevas: la arcilla se calienta y luego es cerámica, la masa que se cocina, luego es pan. Es también el fuego del hogar. La palabra hogar proviene del lugar en el que se reunía, en el pasado, la familia a encender el fuego para calentarse y alimentarse. El sitio donde uno se sentía protegido, acompañado, cuidado, querido.
Nuestros antiguos antepasados
adoraban al fuego como una divinidad. Tan errados no estarían
ya que cuando uno mira el fuego se produce un estado de
relajación muy particular que nos acerca a nuestros
fuegos profundos, a nuestra luz interior.
La estación del fuego es el
verano, el color: el rojo. Su emoción
es la alegría (un sonido: la risa)
que si se convierte en excesiva euforia
lo desequilibra.
El calor es el factor climático que más
desacomoda a los del Elemento Fuego. En el Yin
Yang, el fuego representa su lado más Yang: la
luz, el sol, lo que asciende, la actividad, el movimiento. Si bien
vimos en la nota anterior que la
madera está asociada al movimiento, entonces el fuego es su
culminación. En todo proceso que haya actividad, y por
lo tanto movimiento, hay fuego. El fuego representa la manifestación
máxima de la vida, es su motor y combustible.
El corazón es el órgano- fuego
por excelencia. Aloja al Shen que es el espíritu o
mente; tal vez para ser más claros deberíamos hablar de
conciencia. Para sentirnos bien y estar saludables
nuestros pensamientos y acciones miran hacia un mismo rumbo, de
esta manera nos encaminamos a nuestro destino. Cuando el
Shen está bien aparece el pensamiento intuitivo, la
serenidad y la calma. En MTC decimos que una persona con
desórdenes psíquicos tiene desarmonizado su
Shen. Dice el So Wen: “El Shen se
manifiesta en el brillo de nuestros ojos“1. Una mirada
apagada, opaca, habla de un Shen debilitado,
enfermo.
Los “fuego” son personas muy sensibles,
utópicas, elocuentes. En desequilibrio son hipersensibles,
tienen insomnio y problemas de memoria. Pueden tener disfunciones de
tipo cardíaco: hipertensión y cardiopatías varias (a diferencia
de “los madera” que sufren del hígado). Se dice que la
lengua es “la ramita del corazón”. Cuando la persona
habla mucho o con muchas incoherencias, el
Corazón está perturbado.Cuando está equilibrado son
aquellas personas que defienden causas sociales o políticas.
Activistas apasionados hasta la extenuación. Las personas fuego nos muestran el ardor que sienten por sus ideales.El fuego supremo es el amor, y el aprendizaje final es la apertura del corazón. De un corazón compasivo que aprende a amar incondicionalmente. Esta es, creo, la máxima enseñanza que nos permite aprender el Fuego.
Activistas apasionados hasta la extenuación. Las personas fuego nos muestran el ardor que sienten por sus ideales.El fuego supremo es el amor, y el aprendizaje final es la apertura del corazón. De un corazón compasivo que aprende a amar incondicionalmente. Esta es, creo, la máxima enseñanza que nos permite aprender el Fuego.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja tu comentario para seguir creciendo.